Halloween se ha ido colando en nuestros hogares hasta encantarnos. Tanto es así, que las generaciones más pequeñas la celebran tal y como se hace en los países donde llevan siglos celebrándose integrándola en nuestra propia cultura.
Ahora que tengo algo de tiempo, y siendo que me intrigaba en gran medida su origen, me he dispuesto a investigar... Se trata de una festividad celta y celebra el final del verano, el final de la recogida de las cosechas y el comienzo de la estación oscura o invierno. La creencia de que esa noche se estrechaba la línea que unía la vida con el Otro Mundo y que los espíritus de toda índole podían cruzarla hizo que se usaran máscaras y disfraces para hacer creer a los malévolos que eras uno de ellos y no ser dañado.
Cuando llegó a EEUU a través de inmigrantes irlandeses se transformó en lo que es hoy. Y es genial, a mi parecer, tener la oportunidad de acercarnos a lo tenebroso, misterioso, a lo desconocido y a la muerte desde una óptica tan liviana y divertida tanto adultos como pequeños.
A continuación te dejo un DIY que me ha parecido sencillo y muy interesante. Se trata de coger una guirnalda de luces, un poco de cartulina, unas tijeras y tachán!!, convertiremos rápidamente unas lucecitas en una terrorífica guirnalda para que ilumine la noche de las brujas en nuestro hogar. No dejes de hacer esta manualidad con tus peques, seguro que les encanta!
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